Contamíname

Fuente: pexels.com Es muy triste saber que la contaminación ha disminuido exponencialmente desde que estamos confinados en casa. Ahora no podemos ni contaminarnos a nosotros mismos; han cesado los besos, los abrazos, el apretón de manos, la cercanía. Todo aquello que nos convierte en humanos ha cesado de repente: incluída esa contaminación. Como especie, siempre he dicho que debería darnos vergüenza ser la única plaga real que hay en el planeta, aquella incapaz de autorregularse tal y como lo puede hacer una plaga de langostas, de estorninos o de mosquitos. Estoy de acuerdo en que arrasa con todo lo imaginable por donde quiera que pasa, pero al final, cuando de forma natural llega su hora, desaparece y es la propia naturaleza la que lo gestiona. Sin embargo, a nosotros nadie nos gestiona. ¿Por qué nos sorprende que sea ella -la naturaleza- la que pretende regularnos? Estoy seguro de que la causa fortuita bajo la que se esconde la razón del virus que nos gobierna, no es más q